Alianza para el Campo en marcha

Entendida como un pacto federal tendiente a elevar la producción y competitividad agropecuarias y, en consecuencia, el bienestar de los productores rurales mexicanos, la Alianza para el Campo fue suscrita entre febrero y marzo de 1996 por el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar) y los gobernadores de Yucatán, Chihuahua, Estado de México, Nayarit y Sinaloa en actos celebrados para cada uno de estos estados.

El 22 de febrero, en Mococha, Yucatán, ante el Presidente Ernesto Zedillo; el Secretario de Agricultura, Francisco Labastida Ochoa, y el mandatario estatal, Víctor Cervera Pacheco, firmaron el convenio Alianza para el Campo, mediante el cual se destinarán 73 millones de pesos para alentar la productividad en el agro. Simultáneamente, se suscribió un acuerdo de colaboración entre la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) y el gobierno del estado, a fin de poner en marcha el Programa Emergente de Abasto de Maíz 1996 y subsanar con éste la carencia del grano, agudizada después de que los huracanes Opal y Roxana frustraran las cosechas de los ciclos agrícolas correspondientes a 1995.

Produce-Capitaliza y Equipamiento y Desarrollo Rural son dos programas más que se habrán de aplicar para sentar las bases de un nuevo desarrollo agropecuario en Yucatán que redunde en el bienestar de los campesinos y sus familias, subrayó el Presidente.

Abatir la sequía

Seis días después, en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua se unió a la Alianza cuando el Secretario Labastida Ochoa y el Gobernador Francisco Barrio Terrazas firmaron el convenio que, entre otras acciones, incluye la creación del Fideicomiso para el Fomento Agropecuario, que manejarán el Banco Nacional de Crédito Rural (Banrural) y el gobierno local.

Asimismo, y dada la falta de agua que en los últimos cinco años ha afectado a campesinos de 39 municipios de la entidad, durante 1996 se prolongará el Programa de auxilio por la sequía y para el uso racional del agua, al que se destinarán cerca de 190 millones de pesos —70% más que lo asignado el año anterior— para paliar los daños causados por la falta de lluvias en Chihuahua, informó el jefe del Ejecutivo.

En ese contexto, el Gobernador advirtió la necesidad de poner en práctica un plan de gran visión en materia de agua, semejante al proyecto carretero llevado a cabo en la sierra en los años sesenta, que a largo plazo permita detectar la procedencia, tecnología y las fuentes de donde se dotará a la entidad del agua que satisfaga las necesidades domésticas de las ciudades, así como para usos industrial y comercial.

Produce-Capitaliza es otro de los programas que, en el marco de la Alianza, se convino aplicar en la entidad, en sus tres modalidades: fertirrigación, mecanización y establecimiento de praderas.

Fortalecer la productividad

El 29 de febrero, en Metepec, tocó al Estado de México signar la Alianza para el Campo. Los programas que conforman el convenio, aseveró en esa ocasión el Presidente Zedillo, pretenden mejorar la productividad y la producción en el campo mexiquense.

La Alianza incluye el programa Produce-Capitaliza en las modalidades de mecanización —compra y reparación de tractores— y establecimiento de praderas, en favor de la productividad pecuaria, así como el programa Equipamiento y Desarrollo Rural, encaminado a fomentar la ganadería con paquetes familiares y consolidar cientos de silos forrajeros. Igualmente, se integrará un fondo de apoyo para microindustrias rurales y se impulsará la creación de parcelas demostrativas y predios hortofrutícolas. También se impulsará el programa Mejoramiento Genético para el ganado bovino, ovino y porcino.

Por su parte, el Gobernador del Estado de México, César Camacho Quiroz, aseguró que la Alianza es un instrumento para concretar un nuevo programa financiero rural que incentive la capitalización, la reconversión productiva, la preservación de recursos naturales y la vida digna de los campesinos. Así, para fortalecer la productividad del campo y mejorar las condiciones de vida de más de millón y medio de campesinos mexiquenses que desean permanecer en sus lugares de origen, expresó, en 1996 los gobiernos federal y estatal, el Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) y la Comisión Nacional del Agua (CNA), invertirán 400 millones de pesos.

Recuperar la rentabilidad

El 6 de marzo, en Xalisco, Nayarit, tras la firma del convenio para la Alianza, se comprometieron recursos federales y estatales por 24 millones de pesos. El acuerdo incluye la firma del contrato fiduciario para establecer el Fondo de Fomento Agropecuario para la entidad.

El objetivo de la Alianza —dijo en su discurso el Presidente Ernesto Zedillo— "es que los productores del campo reciban mejores ingresos por sus trabajos y, en consecuencia, tengan mejores medios para vivir con sus familias, pues los países que han logrado un pleno y equitativo desarrollo son los que han dado solidez a su producción agropecuaria y bienestar a sus productores".

Para Nayarit el convenio abarca el programa Produce-Capitaliza, que además de impulsar la mecanización, irrigación y fertilización, respaldará especialmente el desarrollo de la cuenca lechera con el establecimiento de praderas en 2 800 hectáreas y la construcción de 260 jagüeyes y corrales de manejo en 1 000 hectáreas más. Igualmente, se informó que en 1996 Banrural aumentará en más de 80% su programa de crédito para financiar la producción en 46 000 hectáreas.

Al hacer uso de la palabra, el Gobernador de Nayarit, Rigoberto Ochoa Zaragoza, señaló que en la entidad el sector agropecuario y forestal tienen un lugar prioritario en el desarrollo económico, por lo que, en congruencia, se ha incrementado en más de 500% el presupuesto asignado a esas actividades.

La Alianza para el Campo, afirmó, es un instrumento fundamental para recuperar la rentabilidad y competitividad del agro nayarita que, no obstante las dificultades de 1995, incrementó en 10% la superficie sembrada durante el último ciclo agrícola y la producción en 15%.

Alianza para el Campo en Culiacán

Finalmente, el 12 de marzo, en el campo agrícola Chulavista, Culiacán, y durante el acto de firma de la Alianza, el Presidente Zedillo advirtió sobre la crítica situación por la que atraviesa el estado debido a la carencia de agua, pues las presas con que cuenta, a marzo de 1996 apenas se encontraban a 20% de su capacidad, lo cual hace inminente una sequía y la dificultad para cubrir las necesidades del ciclo primavera-verano de este año.

Con los recursos destinados al Programa emergente para enfrentar la sequía, informó el Presidente, se generarán 2 600 000 empleos temporales, se fortalecerá la infraestructura productiva sinaloense, además de dar mantenimiento a la red de caminos rurales y rehabilitar canales y pozos, entre otras obras de infraestructura. Con la tecnificación se lograrán importantes ahorros en el uso de agua y aumentarán los rendimientos de las cosechas; además, 10 000 productores dispondrán de 18 millones de pesos para invertir en equipos de aspersión, de riego por goteo y materiales de entubamiento.

Para propiciar la mecanización del campo, se entregaron las llaves de cinco de los 730 tractores que se planea adquirir como parte del programa sobre la materia, y los primeros registros de sementales del programa Ganado Mejor.

Con la Alianza, los gobiernos federal y estatal comprometen 73 millones de pesos, cantidad que, en materia de apoyo a la capitalización productiva, significa un monto 18 veces superior a lo invertido durante 1995. Por su parte, Banrural canalizará créditos por más de 900 millones de pesos, 45% más que el año pasado; con estos recursos se financiará la producción de cerca de 200 000 hectáreas. En cuanto a los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), existe un programa por 2 600 millones de pesos, cifra también considerablemente mayor a los 1 750 millones de pesos asignados a la partida anterior.

Renato Vega Alvarado, Gobernador de Sinaloa, señaló que la Alianza para el campo será el detonador definitivo de la recuperación agropecuaria de ese estado y permitirá avanzar en el objetivo de tener un campo y una ganadería rentables y atractivas para la inversión.

Alianza para el Campo en Morelos

El Presidente Ernesto Zedillo encabezó el 10 de abril la conmemoración en Morelos del 77 aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, cuyos ideales, aseguró, siguen vigentes pues los campesinos permanecen en la pobreza, aunque ésta ya no se genera por la propiedad de la tierra, sino por la marginación social, la inequidad y la falta de oportunidades productivas.

En medio de una gira de trabajo por esa entidad, el jefe del Ejecutivo firmó el convenio de Desarrollo Social 1996 con el gobierno estatal y presentó las acciones del programa Alianza para el Campo en Morelos. Puso también en marcha el Programa Emergente para evitar la caída de productos básicos ante la sequía que se abate sobre el territorio nacional. Este programa, señaló, responde a la necesidad de elevar la producción para contrarrestar la elevación de los precios internacionales de granos básicos y las consecuencias productivas de la sequía que sufren algunas regiones de la nación.

Anunció que se adelantarán los recursos del Procampo para la adquisición condicionada de insumos como semillas y fertilizantes, organizando a los productores para obtener mejores precios en el mercado. Por otra parte, mencionó la importancia de flexibilizar la adquisición de crédito oportuno, mediante el aval de los recursos del Procampo y agilizar así el financiamiento a los productores.

Dentro del Programa Emergente también se contempla la contratación de 10 000 técnicos que se apliquen a la capacitación campesina para aumentar la producción en por lo menos cinco millones de hectáreas.

La gira

Alrededor de las 10 de la mañana, el Primer Mandatario arribó al Palacio Legislativo de Morelos, en la ciudad de Cuernavaca. Allí se encontraban Arturo Warman, Secretario de la Reforma Agraria; Francisco Labastida, de Agricultura; Miguel Limón, de Educación, Carlos Rojas, de Desarrollo Social, y de Beatriz Paredes, dirigente de la CNC. Diputados de oposición, haciendo uso del presidium —estaban en sesión— recordaban la lucha de Zapata y discurrían sobre las graves condiciones que prevalecen en el agro.

En la conmemoración luctuosa hizo uso de la palabra Jorge Morales Barud, presidente de la Gran Comisión del Congreso del estado, quien expresó que la esencia zapatista en Morelos no se limita a recordar al caudillo, sino que se proyecta al tomar su ejemplo para lograr la justicia social. A su vez, el Gobernador morelense, Jorge Carrillo Olea, señaló que la consigna escrita en el escudo estatal que adorna el recinto legislativo —"La tierra volverá a quienes la trabajan con sus manos"— encierra un sentido utópico pero pertinente, en tanto mantiene encendido el espíritu zapatista para darle concreción. El Presidente, por su parte, se refirió a la necesidad de mantener vivo ese espíritu y de concluir el rezago agrario, además de impulsar la capacitación y productividad en el campo.

Desde el Palacio Legislativo el Presidente Ernesto Zedillo se trasladó a la Plaza Morelos, donde firmó el Convenio para la Recuperación Económica de Morelos con el gobierno estatal, que centre su atención en las comunidades rurales que más lo requieran. Dicho plan comprende, para 1996, la disposición de recursos crediticios por más de dos mil millones de pesos, de los cuales 390 serán manejados por FIRA y Banrural para apoyar el sector agropecuario, en tanto que la comercialización y el abasto del sector azucarero podrán utilizar financiamiento por más de 300 millones de pesos.

Alrededor del mediodía, al finalizar la visita a la capital estatal, el Presidente se trasladó al municipio de Tlaltizapán para entregar diversos insumos e instrumentos en beneficio de aproximadamente 32 000 productores de la entidad, en cumplimiento de las acciones del Programa Alianza para el Campo, suscrito en días anteriores.

Ante cientos de campesinos anunció el Programa Emergente de Apoyo al Campo, al referir que no era justo que los campesinos del país pusieran una parte desproporcionada para combatir los efectos de la crisis.

Beatriz Paredes, Secretaria General de la CNC, afirmó que los campesinos tienen aptitudes y cultura agropecuaria para llevar a la práctica los programas de apoyo que reciben. La dirigente expresó que, a pesar de la difícil situación, no es tiempo de solazarse en las insuficiencias, pues eso sólo llevaría a la parálisis y confusión, generadoras del pesimismo y la disolución social.

También participaron como oradores en este acto multitudinario Luis Enrique Álvarez García, Secretario de Desarrollo Agropecuario en el estado, Ignacio Irys Salomón, Coordinador de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas, y Héctor Plascencia Ayala, Secretario General de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos.

El Secretario de Desarrollo Agropecuario enumeró algunos de los objetivos del programa Alianza para el Campo: aumentar progresivamente el ingreso de los productores, incrementar la producción agropecuaria a una tasa superior a la del crecimiento demográfico y producir suficientes alimentos básicos para la población. Esto, con una inversión aproximada de 105 millones de pesos, de los cuales 60% es aportado por los gobiernos estatal y federal y 40% por los productores y organizaciones sociales.

Por su parte, Ignacio Irys pidió al Ejecutivo revisar la actual legislación agraria en el capítulo correspondiente a las sociedades económicas; que se reglamente la Fracción XX del Artículo 27 constitucional y que los consejos estatales agropecuarios sean una verdadera instancia plural de decisión.

Héctor Plascencia Ayala demandó que las acciones en el campo no sean realizadas preponderantemente por los gobiernos federal o estatales, sino fundamentalmente por los propios productores agropecuarios. Dijo también que los campesinos están conscientes de que las soluciones ya no dependen de las decisiones en las oficinas gubernamentales, sino de la acción campesina.

Después del acto, el Presidente y los secretarios que lo acompañaban se trasladaron a Xochicalco, municipio de Temixco, donde se inauguró el Museo de Sitio de Xochicalco y recorrieron sus instalaciones para dar por concluida la gira presidencial alrededor de las cinco de la tarde.