CARPETA
EJECUTIVA
DE
PRENSA
DIARIA
MARTES
28
DE
JUNIO
DE
2005
OCHO COLUMNAS
Retiene la PGR a los rescatados
Trasladan al DF a 44 personas; las investigan por posibles
nexos
con
los
delincuentes
Pese a exhorto de IFE, Fox irá a mitin del Ángel
"¿Y qué si hay elecciones al otro día?", dice el
presidente
Dispondrán bancos de recursos para créditos
Pagos de IPAB darán liquidez a HSBC, Banamex,
Bancomer
y
Banorte
Última apuesta de Fox por las reformas
Presidenciables del PRI y del PAN le ofrecieron su respaldo,
dice
México se anexa a zona de seguridad creada por EU
Firman junto con Canadá 300 medidas en el TLC Plus
Los zapatistas, a la lucha política
Concluyó la consulta a las bases del EZLN
Cobrar por ver a la Selección, “clasista”
Está mal; al pagar a Sky convierten
al
futbol
en
deporte
para
adinerados:
Poniatowska y Glantz
Desafían Fox y López al IFE
Asistirá el presidente a la “marcha triunfal” en el Ángel
Tamaulipas: la policía es la que secuestra
Municipales de Nuevo Laredo, ligados a la banda de Los Zeta
Desafía Fox al IFE; irá al Ángel
Afirma que no quiere ser retador ni grosero y que pronunciará
un
discurso
de
15
minutos
el
2
de
julio
Sector agrario
Ordena el TUA el desalojo con la fuerza pública
en
un
predio
en
playa
Larga. (El Sur (Guerrero), Karina
Contreras,
p.7A).
Las dos
partes
no
llegan
a
un
acuerdo.
El
magistrado
Juan
Rodolfo
Lara
determina
que
esta
orden
se
ejecutará
en
agosto
a
favor
de
Alejo
Maldonado
El magistrado del Tribunal Unitario
Agrario
(TUA)
número
41,
Juan
Rodolfo
Lara
Orozco,
ordenó
para
el
26
de
agosto,
al
mediodía,
el
desalojo
con
la
fuerza
pública,
en
el
conflicto
de
playa
Larga,
en
Zihuatanejo,
a
favor
de
Alejo
Maldonado
a
quien
se
le
tienen
que
restituir
seis
hectáreas.
La decisión de Lara Orozco se dio
luego
de
que
las
los
ejidatarios
representados
por
el
presidente
del
comisariado de Agua de Correa, Bernando
Solís
Radilla
y
Alejo
Maldonado
en
la
audiencia
de
avenimiento
no
llegaron
a
los
acuerdos
para
solucionar
de
manera
pacífica
el
conflicto,
que
ya
tiene
más
de
13
años,
y
donde
el
predio
en
disputa
se
asientan
una
veintena
de
restaurantes
y
balnearios.
Luego de una hora de audiencia
y
sin
llegar
a
los
acuerdos
necesarios,
el
magistrado
resolvió
que
el
desalojo
sea
en
agosto.
Sobre
ellos,
Solís
Radilla
dijo
que
permanecerán
en
el
terreno,
y
que
si
llega
la
fuerza
pública
no
van
a
responder,
pero
que
no
se
moverán
porque
el
predio
pertenece
al
ejido,
por
un
decreto
presidencia.
Agregó que los que el conflicto
que
se
vive
en
el
punto
de
playa
Larga
es
grave,
por
eso
buscan
que
la
Secretaría
de
la
Reforma
Agraria,
el
gobierno
federal
y
estatal
se
encargue
de
los
casos
de
focos
amarillos,
para
que
esa
manera
ambas
partes
queden
conformes.
Explicó que de llegar a ser considerado
como
foco
amarillo
es
por
que
la
persona
que
ganó
el
juicio
se
le
indemniza,
mientras
que
a
la
otra
parte
le
da
posesión
de
la
tierra.
Manifestó
que
ellos
están
seguros
de
que
son
sus
tierras
porque
así
está
dentro
de
la
carpeta
básica
de
1937.
Por su parte, el abogado de Alejo
Maldonado
Cuevas,
Taurino
Hernández
Vega,
indicó
que
el
asunto
está
resuelto,
pues
ya
no
hay
ningún
recurso
legal
que
ejercitar,
debido
a
que
el
ejido
ya
fue
escuchado
y
vencido
en
el
juicio,
y
precisó
que
ellos
interpusieron
los
recursos
legales
conveniente
y
todos
fueron
desechados
por
improcedentes.
Señaló: “la sentencia es firme
y
no
hay
otro
recurso
que
la
pueda
echar
abajo,
y
quiero
aclarar
que
en
este
asunto
nada
tiene
que
ver
u
opinar
la
Procuraduría
Agraria,
pues
es
únicamente
le
compete
al
TUA,
a
quien
una
autoridad
federal
le
está
exigiendo
el
cumplimiento
de
su
misma
sentencia
ejecutoria
a
través
de
un
amparo
del
afectado”.
Mientras que el hijo de Alejo,
Aquiles
Maldonado
González
expuso
que
no
hay
disponibilidad
en
el
ejido
de
llegar
a
un
arreglo,
sino
al
contrario
tratan
de
enredar
las
cosas,
pues
no
tienen
ni
respeto
por
el
TUA,
debido
a
que
a
la
audiencia
nada
más
acudió
el
presidente,
y
no
fue
el
secretario
y
el
tesorero.
Aseguró que el conflicto de las
6.2
hectáreas
no
es
con
el
ejido,
pero
algunos
determinaron
meterlos
en
las
tierras
de
su
padre,
y
luego
ellos
repartirse,
es
“como
una
simbiosis”.
Aún no se deslinda a Fox
de
la
compra
de
“El
Tamarindillo”. (Mi Morelia.
Com,
Yamillete
García,
p.web)
27 de Junio de 2005
Morelia, Mich., 27 de junio.- Con
el
fin
de
aclarar
la
situación
de
la
compra
de
256
hectáreas
del
predio
“el
Tamarindillo”,
ubicado
en
la
costa
michoacana,
por
parte
de
Cosme
Mares
Hernández,
presunto
prestanombres
del
Presidente
de
México
Vicente
Fox Quesada, la comisión investigadora del Congreso de la
Unión
requerirá
al
Secretario
y
Procurador
de
la
Reforma
Agraria
Florencio Salazar Adame
e
Isaías
Rivera
Hernández,
respectivamente
para
comparecer
ante
diputados,
aseguró
la
legisladora
federal
del
Partido
de
la
Revolución
Democrática,
Cristina
Portillo
Ayala.
En visita a la capital michoacana, la legisladora integrante
de
la
comisión
investigadora
encargada
de
aclarar
la
situación
de
la
compra
de
la
bahía
“El
Tamarindillo”
ubicado
en
el
municipio
de
Coahuayana,
aseguró
que
el
informe
que
la
comisión
presentará
ante
el
pleno
de
los
diputados
del
Congreso
de
la
Unión
se
encuentra
en
un
90
por
ciento
terminado,
por
lo
que
la
comparecencia
de
los
funcionarios
antes
mencionados
permitirá
terminar
con
la
labor
de
dicha
comisión.
Cristina Portillo indicó que hasta el momento el informe no
deslinda
a
la
familia
Fox
–
Sahagún
del
asunto
de
la
adquisición
de
la
playa
“el
Tamarindillo”.
Hecho que según la legisladora, ha provocado incluso, que algunas
personas
hayan
irrumpido
en
su
oficina,
establecida
en
la
capital
michoacana,
en
donde
fueron
violentadas
chapas
y
cajones
y
archivos,
por
lo
que
la
legisladora
aseguró
que
la
“única
lectura
que
le
puedo
dar
es
que
obedece
a
intereses
relacionados
con
el
tema
de
‘El
Tamarindillo’
.
Explicó que la mesa directiva del la cámara baja del Congreso
de
la
Unión
aprobó
la
petición
de
la
comisión
de
llamar
a
comparecer
a
Florencio
Salazar
e
Isaías
Rivera,
ya
que
debido
a
que
la
inconformidad
de
algunos
ejidatarios
de
vender
sus
hectáreas,
el
asunto
llegó
hasta
el
Tribunal
Agrario,
por
lo
que
los
funcionarios
deberán
aclarar
la
situación.
La diputada perredista afirmó que
otro
de
los
obstáculos
que
no
ha
permitido
finalizar
con
la
investigación,
es
la
intervención
de
la
diputada
federal
de
Acción
Nacional,
Margarita
Chávez,
quien
ha
mostrado
un
interés
de
que
la
comisión
investigadora
desaparezca,
debido
a
la
falta
de
institucionalidad
de
los
diputados
integrantes,
por
lo
que
consideró
que
“sólo
demuestra
el
interés
que
tiene
por
que
las
cosas
no
se
sepan”
subrayó.
Finalmente, destacó que pese a las adversidades, a la brevedad
posible,
el
informe
será
presentado
ante
la
Cámara
de
diputados
para
tomar
una
determinación
al
respecto.
Existe mucho rezago en la actividad catastral. (El Siglo de Durango, p.web).
CD. LERDO, DGO.- César Leonel Plata
Adame,
titular
de
la
Dirección
General
de
Catastro,
refiere
que
un
problema
casi
a
nivel
de
toda
la
República
Mexicana
es
que
la
actividad
catastral
está
muy
rezagada,
en
términos
de
las
bases
de
datos
con
que
se
cuentan.
Señala que esta cuestión se presenta en la mayoría de los municipios
de
Durango,
con
excepción
de
Lerdo,
donde
recién
se
llevaron
a
cabo
actualizaciones
de
esta
información.
El
funcionario
estatal
visitó
la
Ciudad
Jardín
para
promover
un
programa
de
unificación
de
bases
de
datos,
para
que
el
Gobierno
pueda
saber
lo
que
tiene
en
cada
sitio.
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI)
fomenta
un
programa
denominado
Clave
Única
del
Registro
Territorial
(CURT).
Plata
Adame
explica
que,
hablando
de
las
claves
catastrales
que
se
tienen
en
los
diversos
municipios
de
Durango,
no
todas
coinciden,
pues
en
algunos
lugares
tomaron
una
base
para
determinarlas
y
en
los
demás,
otra.
“No tenemos una clave
homogénea
con
la
que
podamos
compartir
información
de
una
manera
más
dinámica,
más
ágil
y,
sobre
todo,
en
línea”,
manifiesta.
En cuanto al medio rural, el titular de la Dirección General
de
Catastro
de
Durango
considera
una
necesidad
actualizar
sobre
todo
la
cartografía
e
indica
que
el
Gobierno
del
Estado
está
por
firmar
un
convenio
con
la
Secretaría
de
la
Reforma
Agraria
por
conducto
del
Registro
Agrario
Nacional
en
donde
se
pueda
compartir
la
información
de
los
predios
rústicos.
Plata Adame menciona que este convenio
estuvo
detenido
por
más
de
tres
años
y
recién
se
llegó
al
acuerdo,
pues
anteriormente
los
diferentes
niveles
de
Gobierno
tenían
su
información
y
no
la
compartían
entre
sí.
Detrás del Plan Puebla-Panamá. (ALAI Net, Armando Bartra, p. web)
Contraponer el mundo de arriba con el mundo de abajo, las pesadillas
norteñas
con
los
sueños
guajiros
y
la
globalidad
hegemónica
con
las
tercas
utopías
tropicales
significa
cuestionar
la
nueva
colonización
agazapada
tras
megaproyectos
como
el
Plan
Puebla-Panamá,
a
partir
de
las
experiencias
autonómicas
y
autogestionarias
desarrolladas
en
la
región
Sur es el planeta profundo. Bautizado y acotado por un norte
expansivo
y
colonizador
que
de
arranque
definió
el
arriba
y
el
abajo
del
mapamundi,
sur
es
un
concepto
geográfico
pero
también
simbólico.
Una
alegoría
que
enlaza
naturaleza
pródiga
con
indigencia
social,
vegetación
opulenta
y
lujuriosa
con
humanidad
inerte,
perezosa,
incontinente,
bárbara...
Que
asocia
el
sol
canicular
con
el
ánimo
bullicioso,
con
la
liberación
de
los
impulsos
reprimidos,
con
el
lado
femenino
y
desfajado,
con
la
imaginación
y
el
sueño,
con
el
inconsciente,
con
la
revolución,
con
la
utopía.
El sur americano, y en particular su amplia franja equinoccial,
es
el
subcontinente
rural
y
campesino,
la
América
de
los
indios
y
los
negros,
la
periferia
por
antonomasia.
Pese
a
que
desde
hace
rato
los
presidentes
de
nuestra
República
sueñan
en
inglés,
el
sur
todavía
empieza
en
el
río
Bravo;
pero
el
México
equinoccial
y
Centroamérica
son
el
sur
del
sur,
el
subdesarrollo
subdesarrollado.
Algunos
piensan
que
se
trata
de
un
ámbito
marginal,
un
arrabal
incómodo
y
prescindible
en
un
mundo
cada
vez
más
norteado
y
excluyente
donde
hasta
la
agricultura
que
cuenta
es
primermundista y el grueso del comercio fluye entre países
industrializados.
Sin embargo, la presunción de que la cintura del continente
es
irrelevante
para
el
capital
no
se
sostiene.
Además
de
agroexportadora
de
cultivos
de
plantación
-el
proverbial
banano
y
sus
semejantes-,
la
zona
resultó
escondrijo
de
recursos
estratégicos:
petróleo,
gas
natural
y
minerales
no
metálicos,
mantos
de
valiosa
agua
subterránea
y
ríos
de
alto
potencial
hidroeléctrico,
bosques
maderables
pero
también
generadores
de
los
llamados
servicios
ambientales,
potencial
pesquero
de
agua
dulce
y
salada.
Y
por
sobre
todo,
biodiversidad:
profusión
de
flora,
fauna
y
microorganismos,
con
frecuencia
endémicos,
de
interés
creciente
para
la
pujante
ingeniería
genética,
y
de
importancia
decisiva
para
el
gran
capital,
dada
la
progresiva
biologización de la actividad productiva. A esto hay que agregar
que
por
naturaleza
e
historia,
Mesoamérica
y
el
Caribe
son
ámbitos
de
privilegio
para
los
servicios
turísticos.
Pero
más
allá
de
sus
recursos
naturales
y
culturales,
por
su
ubicación
geográfica
el
istmo
es
insoslayable
corredor
del
ingente
comercio
que
fluye
de
la
Costa
Este
de
Estados
Unidos
al
Pacífico
buscando
rutas
que
esquiven
los
Apalaches y las Rocosas. Por último, subempleada y a la intemperie,
la
mano
de
obra
mesoamericana
resulta
muy
atractiva
a
un
capital
que
segmenta
los
procesos
productivos
desperdigándolos
por
todo
el
planeta.
Si queremos un futuro habitable para Mesoamérica,
de
arranque
necesitamos
repensar
la
relación
entre
el
norte
y
el
sur.
El
modelo
concéntrico
del
mundo,
que
concibe
el
progreso
planetario
como
obra
de
sucesivas
oleadas
civilizatorias
provenientes
de
unos
cuantos
polos
metropolitanos,
está
en
crisis.
La
modernidad
que
queremos
no
es
la
que
se
difunde
desde
un
centro,
como
las
ondas
que
provoca
en
el
estanque
la
caída
de
una
piedra.
Proverbial
ámbito
de
descubrimiento
y
colonización,
el
sur
viene
de
regreso.
Y
no
se
trata
sólo
del
multitudinario
éxodo
sudaca que fluye a contrapelo de las viejas migraciones, se
trata
también
de
la
colonización
de
los
imaginarios
norteños
por
la
cultura
tercermundista,
del
cerco
espiritual
a
las
metrópolis
por
un
sur
que
exporta
paradigmas
y
utopías
como
antes
exportaba
grana
cochinilla
y
maderas
preciosas.
Pero tampoco se trata de invertir la metáfora y voltear el
mapamundi.
El
reto
de
la
globalización
alternativa
es
erradicar
las
hegemonías
y
el
pensamiento
único;
es
concebir
y
edificar
un
mundo
descentrado
o
multicéntrico, al modo del estanque acribillado por la lluvia
donde
se
cruzan
incontables
ondulaciones.
Y
para
transformar
la
globalidad
hegemónica
en
una
red
de
redes
es
necesario
subvertir
ideas
rancias.
Por
ejemplo,
la
de
que
así
como
hay
hombres
centrales
y
modernos,
otros
somos
periféricos
y
anacrónicos,
es
decir
que
el
mundo
se
divide
en
los
privilegiados
del
norte
que
viven
en
el
presente
y
los
desahuciados
del
sur
que
habitamos
el
pasado;
cuando
lo
cierto
es
que
en
el
tiempo
de
la
comunicación
instantánea
y
los
éxodos
planetarios
todos
somos
rigurosamente
contemporáneos...
En
el
mundo
de
la
absoluta
interioridad
o
nos
salvamos
todos
o
no
se
salva
ni
dios.
Otra
idea
a
desechar
es
el
socorrido
prejuicio
de
que
la
economía
es
dura
y
la
sociedad
blanda,
de
modo
que
las
aspiraciones
humanas
deben
plegarse
al
inapelable
fallo
del
mercado.
Es
más,
piensan
algunos,
si
el
mercado
ha
de
proveer,
las
aspiraciones
humanas
salen
sobrando.
Lo
cierto
es
que
en
la
centuria
pasada
imperó
la
desalmada
economía,
nos
toca
a
nosotros
domesticar
producción
y
circulación,
haciendo
del
XXI
el
siglo
de
la
sociedad.
La América de enmedio
Formada por Panamá, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, El Salvador,
Guatemala
y
Belice,
y
los
estados
mexicanos
de
Campeche,
Yucatán,
Quintana
Roo,
Chiapas,
Tabasco,
Oaxaca,
Guerrero,
Puebla
y
Veracruz,
la
región
se
extiende
sobre
102
millones
de
hectáreas,
donde
habitan
64
millones
de
personas,
de
las
cuales
casi
la
mitad
vive
en
el
campo,
alrededor
de
40%
trabaja
en
la
agricultura
y
18%
es
indígena.
Pero
la
más
destacable
y
compartida
seña
de
identidad
es
que
más
de
60%
de
los
mesoamericanos
son
pobres.
Miserables
en
medio
de
una
alucinante
riqueza
biológica:
mil
797
especies
de
mamíferos,
4
mil
153
de
aves,
mil
882
de
reptiles,
944
de
anfibios,
mil
132
de
peces,
75
mil
861
de
plantas,
e
incontables
microorganismos,
configuran
un
opulento
corredor
biológico
en
proceso
de
formalización
internacional.
Sin
embargo,
tanto
la
flora
como
la
fauna
son
depredadas
para
la
venta
ilegal
de
mamíferos,
reptiles
y
plantas,
sobre
todo
orquídeas.
El
bosque
se
pierde
aceleradamente:
11
millones
de
hectáreas
entre
1992
y
1996.
Deforestación
que
es
particularmente
grave
en
la
porción
mexicana:
en
1960
la
selva
Lacandona
tenía
1.5
millones
de
hectáreas
arboladas
y
12
mil
habitantes,
hoy
le
quedan
325
mil
hectáreas
con
árboles
pero
la
ocupan
215
mil
habitantes.
Esta
riqueza
biológica
es
posible,
entre
otras
cosas,
por
la
abundancia
de
agua
dulce,
que
en
sí
misma
es
un
recurso
estratégico.
En lo tocante a la actividad económica extrovertida, si ponemos
aparte
el
petróleo
mexicano
y
la
producción
industrial
en
estados
como
Puebla
y
en
menor
medida
en
Costa
Rica,
la
zona
es
abrumadoramente
agroexportadora. Renglón donde destacan el café, que prácticamente
todos
los
países
de
ahí
producen;
el
azúcar,
que
es
importante
para
México,
Guatemala,
Belice,
Honduras
y
Nicaragua;
el
plátano,
relevante
para
Costa
Rica
y
México;
y
la
carne,
que
comercializan
Panamá,
Costa
Rica,
Nicaragua
y
México.
Recientemente
se
han
establecido
en
Mesoamérica
vertiginosas
plantaciones
forestales;
México
sólo
dispone
de
60
mil
700
hectáreas
de
bosques
artificiales,
mientras
que
la
mayor
parte,
256
mil
650,
corresponden
al
resto
de
los
países
centroamericanos,
particularmente
a
Costa
Rica
y
Guatemala.
Otra
actividad
importante
volcada
al
exterior
es
el
turismo,
pues
llegan
a
la
región
alrededor
de
5
millones
de
visitantes
al
año.
Sin
embargo,
la
presunta
ventaja
comparativa
de
la
zona
es
su
maldición,
pues
en
los
últimos
años
han
caído
los
precios
de
los
productos
agrícolas
tropicales,
ocasionando
un
déficit
de
23
mil
600
millones
de
dólares,
apenas
compensado
por
las
inversiones
extranjeras
directas
y
los
créditos.
En cuanto a la economía introvertida, los mesoamericanos somos
hombres
de
maíz.
Cultivo
ancestral
que
se
practica
sobre
5
millones
300
mil
hectáreas,
donde
anualmente
se
cosechan
unos
10
millones
de
toneladas
del
grano,
que
con
algo
más
de
medio
millón
de
toneladas
de
frijol,
constituye
nuestra
dieta
básica.
Aun
así,
los
pueblos
de
la
América
de
enmedio viven en vilo, al borde del desastre: cuando no caen
los
precios
del
café,
el
azúcar
o
el
banano,
sofocan
a
la
región
sequías
como
la
de
1994
o
la
sacuden
huracanes
con
nombres
en
inglés
como
Lily, George y Mitch.
Aunque también entre los mesoamericanos hay clases, y la relación
económica
entre
México
y
los
países
de
Centroamérica
es
profundamente
asimétrica:
por
cada
dólar
en
mercancías
que
las
siete
economías
ístmicas
exportan
a
México,
importan
bienes
de
ese
país
por
cuatro
dólares.
Por
otra
parte,
para
México
esta
relación
comercial
es
poco
relevante,
pues
por
cada
dólar
de
exportaciones
que
envía
a
los
siete
vecinos
del
sur,
factura
11
a
los
dos
socios
del
norte,
y
en
cuanto
a
las
importaciones
mexicanas,
el
porcentaje
de
origen
centroamericano
es
insignificante.
Las
economías
de
los
países
pobres
miran
hacia
arriba
y
la
articulación
entre
Mesoamérica
y
Norteamérica,
con
México
como
gozne,
confirma
la
aseveración.
Pero
si
México
se
mundializa
económicamente
hacia
el
norte,
socialmente
está
englobado
en
el
sur.
Conforme nos alejamos de Estados Unidos, aumenta la temperatura,
bulle
la
vegetación,
menudean
los
baches
y
se
encona
la
pobreza.
Un
buen
indicador
de
este
descenso
en
los
infiernos
sociales
es
el
jornal.
Un
hombre
no
vale
lo
mismo
en
el
norte
que
en
el
sur.
El
salario
mínimo
por
hora
en
Estados
Unidos
es
de
5.15
dólares,
mientras
que
en
México
es
de
35
centavos
de
dólar,
14
veces
menos,
aunque
en
el
caso
de
los
sueldos
industriales
la
diferencia
es
de
solamente
uno
a
10.
Pero
estas
son
engañosas
medias
nacionales,
y
el
sur
es
sobre
todo
campo,
ámbito
donde
las
remuneraciones
son
aún
más
bajas
pues
70%
de
los
ocupados
gana
menos
del
salario
mínimo...
Y si los salarios bajan con la latitud, los trabajadores remontan
el
continente
rumbo
al
norte.
Es
la
ley
del
mercado,
que
no
puede
ser
bloqueada
por
la
cruenta
Línea
Maginot
en
que
se
ha
transformado
la
frontera
norte.
Pero aun entre los damnificados del sur hay diferencias. La
pobreza
está
generalizada,
pero
el
sur
es
más
pobre
que
el
norte,
el
campo
más
que
la
ciudad,
los
indios
más
que
los
mestizos,
las
mujeres
más
que
los
hombres
y
los
jóvenes
más
que
los
adultos.
La gran marcha al norte dramatiza esta situación, pues México
y
Centroamérica
comparten
la
condición
de
expulsores
de
fuerza
de
trabajo
y
generan
más
de
la
mitad
del
total
de
migrantes
indocumentados
en
Estados
Unidos.
Así,
de
cada
100
fuereños
sin
papeles,
70
son
latinos,
y
de
ellos
40
son
mexicanos,
10
salvadoreños,
cuatro
guatemaltecos,
dos
nicaragüenses
y
dos
hondureños.
Ahí
sufren
vejaciones
todos
por
igual,
pero
también
el
curso
latino
de
su
éxodo
es
un
infierno.
El
tratamiento
que
reciben
en
nuestro
país
los
migrantes
sudacas
documenta
el
verdadero
talante
de
las
autoridades
mexicanas.
Con
la
diáspora
en
tránsito,
el
gobierno
de
México
no
actúa
como
hermano
mayor
de
los
centroamericanos,
sino
como
cancerbero
de
los
estadunidenses.
Malos
modos
aparte,
en
1995
deportó
a
105
mil
932,
en
1996
a
110
mil
484,
en
1997
a
86
mil
973,
en
1998
a
118
mil
786,
en
1999
a
131
mil
486,
en
2000
a
168
mil
755,
y
en
los
primeros
meses
del
2000
la
migra
morena
envió
de
regreso
a
casi
30
mil.
Megaplanes
A Mesoamérica le urge el desarrollo,
y
si
algunos
piensan
que
el
PPP
es
una
amenaza
otros
creen
que
al
mismo
tiempo
es
una
oportunidad.
En
todo
caso,
si
no
queremos
que
el
ciclo
de
la
colonización
salvaje
se
repita,
debemos
asumir
que
la
inversión
es
necesaria
para
el
desarrollo
pero
no
suficiente,
y
que
atraer
capital
a
como
dé
lugar,
solapando
su
proclividad
depredadora
de
hombres
y
recursos
naturales,
no
genera
bienestar
social
sino
todo
lo
contrario.
Pero
los
nuevos
promotores
de
la
modernidad
no
sólo
no
aprenden
de
la
historia,
ahora
tratan
de
sustentar
la
política
de
captar
ahorro
externo
a
toda
costa,
con
la
peregrina
teoría
de
que
una
cosa
es
desarrollo
económico
y
otra
muy
diferente
desarrollo
social.
Así, Santiago Levy sostiene que respecto
de
la
problemática
del
sureste
hay
"dos
puntos
de
vista",
el
que
enfoca
"sus
condiciones
de
pobreza
y
marginación"
y
el
que
considera
la
"producción",
y
que
entre
ellos
la
conexión
"dista
de
ser
total",
porque
si
en
una
región
no
hay
actividades
que
generen
ingreso,
la
gente
se
va
y
con
ella
emigra
la
pobreza;
por
otra
parte,
generar
"polos
de
desarrollo"
en
una
zona
marginada
atrae
trabajadores
calificados
de
todo
el
país,
pero
no
emplea
satisfactoriamente
a
los
locales.
Entonces,
dado
que
"la
creación
de
un
polo
de
desarrollo
en
una
región
atrasada
no
resuelve
necesariamente
sus
problemas
de
pobreza...
el
diseño
de
políticas
públicas
para
el
sureste
debe
separar
los
objetivos
de
combate
a
la
pobreza
de
los
de
desarrollo
regional,
debido
a
que
los
instrumentos
a
utilizar
en
cada
caso
no
son
los
mismos,
al
menos
en
el
corto
plazo".
Más
adelante
reitera:
"...
impulsar
el
desarrollo
de
Chiapas,
y
del
sureste
en
general,
debe
separar
los
objetivos
de
combate
a
la
pobreza
de
los
del
desarrollo
regional..."
Y
explica:
"Para
combatir
la
pobreza
se
cuenta
con
los
instrumentos
de
política
social...
(en
cambio
el)...
diagnóstico
presentado...
sugiere...
que
las
políticas
públicas
han
reprimido
el
desarrollo
productivo
del
sureste
al
anular,
en
gran
medida,
sus
ventajas
comparativas.
Por
ello,
argumentamos
que
existe
un
amplio
espacio
para
diseñar
una
política
que
libere
el
potencial
productivo
de
la
región".
Las "inversiones en capital humano" ?que en realidad
son
gasto
asistencial
focalizado
e
individualista,
como
el
Progresa
del
que
Levy
es
inspirador?
son
los
"instrumentos
de
política
social"
con
que
ya
"se
cuenta";
de
modo
que
ahora
lo
que
falta
es
promover
la
inversión
desmecatada
de
capital,
sin
inútiles
y
molestas
consideraciones
societarias.
A esta posición se contraponen los planeamientos del senador
priísta
Carlos
Rojas,
que
en
la
exposición
de
motivos
de
su
Iniciativa
del
sur,
enfocada
a
Chiapas,
Oaxaca
y
Guerrero,
argumenta:
"México
sigue
siendo...
ejemplo...
de
la
incapacidad
para
articular
plenamente
la
política
económica
y
el
desarrollo
social".
Y
más
adelante
dice
que
"se
requiere
una
estrategia
en
la
que
el
desarrollo
regional
sea
concebido
como
un
proceso
complejo,
en
contraste
con
otros
enfoques
que
centran
sus
acciones
en
aspectos
únicos
como
la
infraestructura
o
la
sola
asistencia
social".
Cuadros
destacados
del
viejo
régimen,
Rojas
y
Levy
representan
las
dos
tendencias
que
coexistieron
en
los
últimos
años
del
sistema
de
partido
de
Estado:
el
clientelismo
social
y
la
conversión
neoliberal
de
la
economía.
Conceptualmente
Rojas
tiene
razón
cuando
propone
la
integralidad del desarrollo regional y cuestiona los enfoques
que
separan
la
promoción
de
la
producción
mediante
infraestructura,
del
gasto
social
asistencialista.
El
problema
es
que
el
hoy
senador
sigue
identificado
con
la
visión
clientelar
de
las
políticas
públicas,
es
principal
responsable
de
la
incorporación
del
tristemente
famoso
apartado
B
del
artículo
2o.
de
la
ley
indígena
pergeñada
por
el
Senado
y
recientemente
ha
defendido
la
continuidad
en
Chiapas
del
Programa
de
Las
Cañadas,
del
que
fue
autor,
cuando
todos
cuestionan
su
carácter
contrainsurgente
y
efectos
divisionistas.
En
cuanto
a
Levy,
resulta
sintomático
que
siendo
preclaro
representante
de
las
"alimañas,
víboras
prietas
y
tepocatas"
responsables
según
Fox del desastre social de las últimas dos décadas, haya sido
recuperado,
no
sólo
como
director
del
IMSS,
sino
como
ideólogo
de
la
nueva
colonización
del
sureste.
Así,
Santiago
Levy
resulta
un
brillante
tecnócrata
de
carrera,
capaz
de
servir
con
prestancia
a
gobiernos
de
distinto
signo
político,
con
tal
de
que
mantengan
las
mismas
premisas
económicas
neoliberales.
El documento difundido en marzo de 2001 con que el PPP hace
su
presentación
formal
es
un
claro
ejemplo
de
doble
discurso.
En
el
llamado
Documento
base
coexisten
dos
planteamientos:
el
desarrollo
social
paternalista
y
clientelar,
sustentado
en
programas
de
servicios
y
asistencia,
y
la
colonización
salvaje
con
capital
trasnacional,
propiciada
por
el
Estado
mediante
garantías,
infraestructura
y
facilidades.
El
primero
se
origina
en
la
vertiente
populista
y
pronasolera
del
viejo
régimen,
retomada
por
el
foxismo
mediante
Florencio Salazar, y por el PAN con la
alianza
de
los
senadores
Carlos
Rojas
y
Diego
Fernández
en
torno
a
la
ley
indígena.
La
segunda
proviene
también
del
viejo
régimen,
pero
de
la
tecnocracia
neoliberal,
recuperada
por
el
foxismo
a
través
del
secretario
de
Hacienda
Francisco
Gil
y
de
Levy.
Hemos dicho ya que el núcleo duro de la propuesta es la nueva
colonización,
pero
esto
no
significa
que
la
faceta
de
desarrollo
contrainsurgente
y
control
social
sea
una
simple
cortina
de
humo.
El
Documento
base
del
PPP
identifica
como
debilidades
de
la
zona:
"Inversión
extranjera
directa
discontinua
y
con
un
horizonte
de
corto
plazo,
por
la
percepción
de
un
alto
riesgo-región,
tanto
físico
como
político".
Y
como
amenazas:
"Desigualdad
creciente
entre
pobres
y
ricos...
con
el
consecuente
incremento
de
tensión
social".
De
ahí
la
necesidad
de
una
política
social
de
contrainsurgencia
y
control,
que
permita
manejar
la
"tensión
social"
y
reduzca
el
"riesgo"
político.
Sin embargo el PPP apuesta centralmente al crecimiento económico
extrovertido,
con
gasto
social
de
contención,
y
para
este
crecimiento
confía
en
el
capital
y
en
particular
en
el
capital
extranjero.
Así,
el
mencionado
documento
está
lleno
de
promesas
al
gran
dinero.
Porque
el
ahorro
externo
está
muy
peleado
y
es
sabido
que
lo
único
más
asustadizo
que
un
dólar
son
dos
dólares.
En
cambio,
prácticamente
no
hay
una
sola
referencia
al
mercado
nacional,
y
fuera
de
los
cuadros
estadísticos
y
una
mención
en
la
página
28,
no
se
habla
del
sector
de
los
pequeños
y
medianos
cultivadores,
contingente
decisivo
en
granos
básicos
pero
también
en
siembras
comerciales.
Y
es
en
estos
énfasis
y
omisiones
donde
el
documento
enseña
el
cobre.
Ni el gasto público, social y en infraestructura, ni los proyectos
con
dineros
de
la
banca
multilateral,
ni
las
inversiones
privadas,
son
por
principio
indeseables.
Al
contrario,
deben
incrementarse
significativamente,
pero
siempre
vinculados
con
políticas
de
fomento
al
sector
social
de
la
producción,
tanto
familiar
como
asociativo.
Y
es
este
sector
el
que
necesita
"incentivos",
"eliminación
de
obstáculos",
"seguridad,
estabilidad
y
certidumbre"
en
lo
tocante
a
políticas
públicas.
Pues
la
suya
es
una
producción
socialmente
necesaria,
tanto
en
términos
de
autosuficiencia
alimentaria
como
de
generación
de
empleo,
y
por
tanto,
de
soberanía
laboral.
Es
también
un
sector
con
experiencias
exitosas
y
propuestas
viables:
tecnologías
sustentables,
proyectos
integrales
de
desarrollo,
formas
de
organización
económica
solidarias
y
más
o
menos
equitativas.
Menos riguroso que Levy, el responsable
del
PPP
Florencio
Salazar
insiste
en
que
atraer
inversiones
es,
sin
más,
sinónimo
de
bienestar
social,
y
destaca
la
creación
de
empleo
en
dos
rubros:
maquiladoras
y
agricultura.
Así,
el
Presupuesto
de
Egresos
para
2001
habla
de
que
en
este
año
se
crearán
"37
mil
empleos
bien
remunerados"
en
las
maquiladoras
del
sureste,
cifra
de
por
sí
poco
realista
en
tiempos
de
desaceleración
de
la
economía
estadounidense
y
cuando
la
tasa
de
crecimiento
de
la
industria
del
montaje
disminuye
a
la
mitad,
pero
que
el
responsable
ya
elevó
a
50
mil
en
declaraciones
del
24
de
abril.
Metas
aparte,
lo
dudoso
es
que
se
trate
de
"empleos
bien
remunerados",
pues
las
337
empresas
de
ese
tipo
que
ya
existen
en
la
región
?el
10.3%
del
total
nacional?
pagan
sueldos
30%
menores
a
los
de
sus
semejantes
del
centro,
y
40%
más
bajos
que
las
plantas
fronterizas.
Pero
la
promesa
más
discutible
es
la
creación
de
empleos
agropecuarios,
pues
"...
arrendar
grandes
extensiones
de
tierras...
para
establecer
una
agricultura
de
plantación...
donde
se
cultiva,
en
forma
tecnificada,
un
único
producto
de
tipo
perenne...
por
parte
de
agentes
económicos
dotados
de
amplios
recursos
financieros"
(Levy)
quizá
permita
explotar
las
"ventajas
comparativas"
regionales,
"reprimidas"
por
las
"políticas
públicas",
pero
no
generará
más
y
mejor
empleo
agrícola
que
el
actual.
Contra pesadillas norteadas, sueños guajiros
Algunos dicen que el plan con maña de los megaproyectos del
sur
es
frenar
el
éxodo
a
Estados
Unidos,
mediante
corredores
transversales
sustentados
en
vías
interoceánicas
de
comunicación
y
plagados
de
servicios
comerciales
y
maquiladoras.
De
ser
así,
debo
reconocer
que
por
fin
coincido
en
algo
con
esas
intenciones.
Porque,
efectivamente,
hay
que
detener
las
compulsiones
migratorias
de
los
surianos;
afán
que
desgarra
tanto
familias
como
culturas
y
amenaza
con
vaciar
nuestros
países.
Los
viajes
ilustran,
pero
no
cuando
son
el
peregrinar
de
la
miseria.
De
modo
que,
en
efecto,
los
mesoamericanos
deben
ser
retenidos
en
sus
lugares
de
origen,
pero
no
interceptados
por
los
corredores
maquileros
al
uso:
infiernos
sociales
cuyas
mayores
ventajas
comparativas
son
los
laxos
y
soslayables
controles
ambientales
y
las
luidas
y
transgredibles regulaciones laborales. Parar la migración
económica
compulsiva
es
restaurar
la
esperanza
en
un
futuro
regional
habitable.
Y
en
este
futuro
habrá
producción
agrícola,
agroindustria
y
servicios;
como
habrá
industria,
incluyendo
maquiladoras.
Lo
que
no
puede
haber
son
condiciones
laborales
dignas
de
la
Inglaterra
del
siglo
XIX,
saqueo
de
los
recursos
naturales
como
en
tiempos
de
las
Compañías
de
Coloniales
de
Ultramar
y
trabajo
agrícola
forzado
como
el
de
las
plantaciones
y
monterías
del
porfiriato.
Si atraer inversión a costa del ecocidio
y
la
ignominia
social
es
inadmisible,
también
lo
es
el
rechazo
por
principio
a
la
expansión
del
capital
realmente
existente,
cuando
éste
genera
las
únicas
fuentes
de
trabajo
disponibles
para
muchos
mexicanos.
Proponer
una
política
de
soberanía
laboral
que
nos
permita
retener
a
los
migrantes
con
opciones
dignas
no
significa
descalificar
la
migración
ni
satanizar sus destinos de trabajo; y de la misma manera reivindicar
los
buenos
salarios
y
las
cadenas
productivas
integradas
que
nos
reportarían
un
mercado
interno
dinámico,
en
vez
de
una
economía
donde
sólo
crece
el
sector
exportador,
no
significa
exorcizar
la
industria
del
montaje,
y
menos
cuando
es
casi
la
única
que
está
generando
empleos
adicionales.
En
la
última
década
del
siglo
XX
nuestra
economía
creció
en
promedio
al
3%
anual,
mientras
que
las
exportaciones
lo
hacían
al
15%,
lo
que
significa
que
el
sector
de
mercado
externo,
en
particular
la
maquila,
ha
generado
las
únicas
opciones
de
ingreso
disponibles
para
los
nuevos
buscadores
de
empleo,
cuyo
número
ha
crecido
más
que
la
población
y
más
que
la
economía.
Los
campos
de
concentración
maquilera
son
un
purgatorio,
pero
sin
ellos
estaríamos
en
el
infierno
del
desempleo
galopante.
La
situación
laboral
es
ciertamente
insostenible
y
se
impone
el
viraje
hacia
un
desarrollo
más
equilibrado
y
equitativo.
Pero,
entre
tanto,
el
éxodo
económico
y
la
industria
del
montaje
intensiva
en
mano
de
obra
seguirán
siendo
destino
irrenunciable
para
numerosos
mexicanos
y
mexicanas
de
a
pie.
Sin
duda
hay
que
denunciar
la
migración
criminalizada
y
el
régimen
carcelario
en
las
fábricas,
pero
también
hay
que
luchar
porque
se
humanicen
estos
trances,
que
para
muchos
son
forzosos.
Porque
revolución
ya
no
mata
reforma,
y
mientras
son
peras
o
son
manzanas,
el
añejo
modelo
económico
se
aferra,
y
las
maquileras
derrengadas
y
los
indocumentados
muertos
siguen
ahí.
No se trata, pues, de rechazar por principio las inversiones.
El
problema
está
en
reducirlo
todo
a
la
creación
de
"polos
de
desarrollo",
donde
quizá
se
aprovechen
las
"ventajas
comparativas"
en
términos
de
recursos
locales,
pero
que
difícilmente
responderán
a
los
requerimientos
sociales
de
la
región,
de
modo
que
la
mayor
parte
de
la
gente
seguirá
siendo
pobre,
marginada
y
migrante.
Y
lo
será
aún
más
si,
con
tal
de
no
"reprimir"
el
"potencial
productivo",
se
propicia
la
concentración
de
la
tierra
vía
venta
o
renta,
y
las
grandes
plantaciones
celulósicas,
huleras,
de
palma
africana
o
de
otro
tipo,
arrasan
con
lo
que
resta
de
la
economía
campesina.
Estos
"polos
de
desarrollo"
serán,
entonces,
auténticas
economías
de
enclave,
arrimadas
sin
duda
al
mercado
mundial
pero
de
espaldas
a
la
sociedad
local.
Tiene
razón
Levy:
siguiendo
este
modelo,
con
el
desarrollo
económico
del
sureste
no
remite
la
pobreza
social
del
sureste,
al
contrario,
aumenta.
¿Qué hacer entonces? ¿Tratar de compensar el daño con gasto
social
asistencialista
y
focalizado,
que
al
formar
"capital
humano",
en
el
largo
plazo
les
permita
a
los
locales
sobrevivientes
aprovechar
las
"oportunidades"
del
crecimiento?
¿Oponerse
a
todo
desarrollo
económico
pues
resulta
intrínsecamente
maligno?
Pienso
que
la
salida
está
en
repensar
la
economía
y
su
estatuto,
para
que,
escapando
de
la
presunta
dictadura
del
mercado,
podamos
hacer
del
fomento
productivo
no
un
fin
en
sí
mismo
sino
una
palanca
del
desarrollo
social.
Y
para
esto
no
hace
falta
negar
de
manera
voluntarista
las
"ventajas
comparativas".
Las
"señales
del
mercado"
son,
sin
duda,
condicionantes
de
toda
política
de
fomento
que
se
respete,
premisas
duras
de
cualquier
estrategia
de
desarrollo,
pero
los
valores
y
objetivos
del
proyecto
deberán
ser
de
carácter
social.
La
función
del
Estado
no
es
ser
el
croupier que sirve cartas marcadas a los tahúres del gran
dinero
y
la
política
económica
no
está
para
hacerle
los
mandados
al
mercado.
Necesitamos
una
economía
del
sujeto
y
no
del
objeto,
una
economía
que
se
ocupe
de
necesidades
y
potencialidades
humanas
y
no
sólo
de
mercancías,
una
economía
moral.
Y
esta
economía
ya
existe,
no
en
los
megaproyectos
gubernamentales,
pero
sí
en
la
lógica
de
la
producción
doméstica
rural,
en
la
vida
comunitaria,
en
las
prácticas
de
algunas
organizaciones
campesinas.
Contraponer el mundo de arriba con el mundo de abajo, las pesadillas
norteñas
con
los
sueños
guajiros,
la
globalidad
hegemónica
con
las
tercas
utopías
tropicales,
significa
cuestionar
la
nueva
colonización,
agazapada
tras
megaproyectos
como
el
Plan
Puebla-Panamá,
a
partir
de
las
experiencias
autonómicas
y
autogestionarias
desarrolladas
en
la
región.
La
estrategia
fuerte
de
la
alianza
social
Panamá-México
que
necesitamos
radica
en
confrontar
el
modelo
globalizador
dominante
con
opciones
edificadas
por
los
propios
productores.
Porque
el
mentís
más
categórico
a
los
profetas
del
libre
mercado
no
son
tanto
los
contraproyectos
de
escritorio
como
las
alternativas
societarias
hechas
a
mano.
Alternativas
que
están
en
todas
partes,
pero
en
el
caso
mexicano
han
tenido
un
despliegue
excepcional
en
el
movimiento
autonómico
indígena
y
en
las
organizaciones
de
los
pequeños
productores,
particularmente
los
cosechadores
de
café.
Emancipadas
del
yugo
externo
y
de
sus
propios
demonios,
las
comunidades
indígenas
prefiguran
formas
de
convivencia
solidarias
habitables
por
todos,
y
las
redes
de
modestos
milperos
y
huerteros,
que
a
veces
se
extienden
hasta
los
consumidores
primermundistas,
son
laboratorios
de
economía
moral.
En
la
construcción
social
de
la
experiencia,
en
la
invención
práctica
y
colectiva
de
modelos
virtuosos
de
producción
y
circulación,
es
el
ámbito
donde
las
ideas
neoliberales
pueden
ser
derrotadas,
y
también
donde
se
está
conformando
la
fuerza
social
capaz
de
frenar
la
globalidad
excluyente
y
construir
un
orden
habitable.
Sector agropecuario
Propone incrementar la productividad del agro. (El Universal, Guadalupe Hernández, p.web).
Señala el ex secretario de Hacien da que otra salida para el sector es el uso de tecnología.
En opinión de José Ángel Gurría, ex secretario de Hacienda, la salida a la problemática
del
campo
mexicano,
incluso
en
el
contexto
internacional,
está
en
agotar
las
posibilidades
tecnológicas
y
aumentar
de
manera
"importante"
la
productividad.
"Ese es el camino nuestro,
consolidar
grupos
y
cultivos,
hasta
los
más
tradicionales",
manifestó.
Sí, es necesario abandonar cultivos
tradicionales
hasta
encontrar
"nuestra
vocación"
en
materia
de
cultivos,
añadió.
Consideró que el país cometería
un
error
si
tratara
de
competir
a
través
de
subsidios
con
economías
como
Estados
Unidos
o
las
de
la
Unión
Europea,
porque
es
una
guerra
que
"necesariamente
vamos
a
perder",
por
eso
hay
que
llevar
al
máximo
la
ventaja
competitiva
que
hasta
ahora
ha
sido
clara:
el
cultivo
de
hortalizas,
flores,
frutas,
y
que
de
hecho
es
lo
que
se
está
haciendo.
El también ex canciller dijo que
el
país
tiene
urgencia
de
aumentar
la
productividad
porque
se
trata
de
una
"carrera
contra
el
tiempo
y
contra
el
mundo
entero,
en
donde
el
tema
de
los
subsidios
son
una
presión
internacional,
pero
que
pronto
habrá
de
menguar
porque
los
países
y
regiones
tendrán
problemas
de
recursos.
La
propia
UE
cada
vez
enfrentará
problemas,
sobre
todo
porque
ahora
son
25
países
y
piensan
crecer.
Entre
todos
ellos
se
deben
distribuir
los
recursos.
"Los países donantes cada
vez
se
pelean
más
el
dinero".
Hacia
allá
se
perfilan
los
movimientos,
y
la
ventaja
es
que
se
configura
un
esquema
más
transparente",
dijo.
Aunque aceptó que mientras los
procesos
duran,
"los
países
que
no
tenemos
capacidad
para
otorgar
subsidios
vamos
a
tener
que
permanecer
en
una
posición
muy
militante:
exigir
que
se
vayan
desmantelando
esos
subsidios".
Pero, insistió, el camino es consolidar
grupos
de
cultivos,
incluidos
los
más
tradicionales,
para
aumentar
la
productividad
y
cuidar
algunos
temas
en
donde
el
país
probó
que
tiene
ventajas
comparativas.
Éstas
deben
aprovecharse
y
transformar
muchos
campos
que
hoy,
por
cuestiones
de
minifundio
o
por
la
vocación
de
la
tierra,
o
lo
caro
de
la
infraestructura.
Es
decir,
cambiar
si
es
necesario.
Alertó sobre el fenómeno que está
sucediendo
en
el
mundo:
el
sector
agrícola
está
representando
un
porcentaje
menor
dentro
de
la
producción
total
de
las
economías,
y
actividades
como
los
servicios
están
creciendo
en
forma
acelerada
y
aunque
menos,
también
lo
hace
la
de
manufacturas.
"Eso
sugiere
una
alternativa",
agregó.
También, destacó, se tienen que
agotar
las
posibilidades
tecnológicas
para
sacar
el
mayor
provecho
posible
de
ellas.
Por otra parte, Gurría consideró que se debe mantener la disciplina macroeconómica
porque
"no
hay
de
otra.
Si
de
pronto
decimos:
`Vamos
a
gastar
y
a
tener
un
déficit
más
alto`,
los
mercados
no
lo
financian,
el
Congreso
no
lo
aprueba.
Es
más,
se
debe
empezar
por
allí...
para
contar
con
recursos
útiles
para
la
productividad
y
apoyar
a
los
sectores
en
lugar
de
pagar
los
Cetes".
Prensa Estatal
En los Caracoles, normalidad disimulada, listos
para
lo
que
sigue,
expresan
indígenas. (La Jornada, Hermann Bellinghausen, p. web)
La
consulta
en
las
comunidades
presagia
una
nueva
etapa
del
movimiento
zapatista
Crisis
en
el
hospital
de
campo
de
Guadalupe
Tepeyac;
ante
ello
el
gobierno
hace
mutis
La Realidad, Chis. 27 de junio. Al
cumplirse
una
semana
de
la
alerta
roja
general
del
Ejército
Zapatista
de
Liberación
Nacional
(EZLN),
los
campesinos
rebeldes
siguen
sus
días
y
trabajos
expectantes,
reservados.
Los
hombres
y
mujeres
van
y
vienen,
saludan
sin
detenerse,
cargan
leña,
suben
a
la
milpa,
se
empapan
con
los
muy
tropicales
aguaceros.
Por
lo
demás,
las
familias
se
recogen
en
sus
casas.
El
compa que estaba construyendo un dormitorio o un corral,
prosigue
ayudado
por
un
sobrino
o
compadre,
como
es
lo
habitual.
La
familia
que
necesitaba
vigas
para
renovar
sus
techos
baja
del
monte
con
los
palos.
El pasado fin de semana no hubo transmisiones de Radio Insurgente.
Y
menos
hoy
lunes.
Eso
agranda
un
poco
más
el
silencio,
que
se
extiende
hacia
la
escuela
y
las
instalaciones
de
gobierno
autónomo,
tanto
del
municipio
San
Pedro
de
Michoacán,
como
el
caracol
de
la
región
tojolabal y selva fronteriza. Tampoco trabajó el transporte
público
zapatista.
Los
vehículos
del
municipio
quedaron
estacionados
en
algunos
ranchitos
del
camino,
bajo
cobertizos.
En
la
comunidad
Rancho
Nuevo,
el
siempre
activo
camión
de
carga
llamado
El
Chómpiras está quieto.
La vida es normal, y a la vez no. Los representantes de La
Realidad
se
limitan
a
decir
a
los
reporteros
que
no
podemos
permanecer
mucho
tiempo
en
la
comunidad
y
que
el
caracol
Madre
de
los
caracoles
del
mar
de
nuestro
sueño,
no
sólo
está
cerrado
por
alerta
roja,
sino
inaccesible
para
los
visitantes.
El ambiente es similar en Guadalupe Tepeyac,
San
José
del
Río,
Chayabes
y
otras
poblaciones
del
municipio
zapatista:
una
acentuada
tranquilidad
que
cubre
sin
ocultar
el
efecto
de
una
alerta
roja
y
el
transcurso
de
una
consulta
interna
que
preludia
una
nueva
etapa.
Mientras en los círculos políticos, académicos, oenegeros y periodísticos de San Cristóbal de las Casas
lleva
días
girando
una
ruleta
de
especulaciones
sobre
''cuándo
y
qué'',
las
bases
de
apoyo
zapatistas
no
revelan
ninguna
pista.
Si
aprovecháramos
que
el
gobierno
foxista
puso
de
moda
el
tema
de
los
casinos,
aun
sin
permisos
de
la
Secretaría
de
Gobernación
aquí
podrían
aceptarse
apuestas,
en
un
rango
que
va
desde
quienes
desdeñosamente
no
creen
''que
pase
nada'',
hasta
los
que
esperan
algo
tan
grande
como
su
propia
fantasía.
Los indígenas sólo dan una señal resumida en el ''aquí vamos
a
estar
esperando
a
que
terminen
todas
las
asambleas
de
consulta'',
que
expresa
un
hombre
en
San
José
del
Río
sentado
junto
al
camino.
''Listos
para
lo
que
sigue'',
agrega.
Horas
después
sabríamos
qué:
la
sexta
declaración
de
la
selva
Lacandona.
Historia de dos hospitales
En materia de salud, las regiones indígenas de Chiapas deberían
considerarse
también
en
alerta.
Ahora
y
siempre.
Pero
en
estos
momentos
de
expectación
resaltan
más
los
contornos
del
problema.
En Guadalupe Tepeyac, el hospital
de
campo
del
Instituto
Mexicano
del
Seguro
Social
(IMSS)
atraviesa
una
crisis
que
el
gobierno
no
parece
dispuesto
a
resolver:
falta
de
medicamentos
y
médicos
especialistas
(cuando
menos
ginecólogo
y
pediatra);
deterioro
del
edificio
(una
parte
del
techo
del
área
de
hospitalización
está
en
peligro
de
derrumbarse).
El principal servicio que se presta aquí es el de ambulancias
para
sacar
a
los
enfermos
graves
a
hospitales
de
verdad
en
Comitán
o
Las
Margaritas.
Y
habrá
quien
diga
que
peor
es
nada,
al
fin
que
los
pacientes
son
sólo
indios,
bien
buenos
para
aguantar
los
condenaos.
Un grupo de preocupados trabajadores del nosocomio conversa
informalmente
con
el
enviado.
Aseguran
que
el
IMSS
se
niega
a
atender
sus
demandas.
Dos
veces
los
ha
dejado
plantados
el
doctor
Samuel
Efrén
Orrico Torres, delegado estatal de la institución. Los trabajadores
de
Guadalupe
Tepeyac
lo
han
buscado
hasta
Tapachula,
que
es
donde
atiende
el
funcionario.
Pero
no
les
hace
caso.
Este
martes
lo
esperan
aquí
nuevamente.
Es
la
tercera
llamada
desde
mayo.
Dudan
que
llegue.
Dicen contar con el respaldo del secretario general de la sección
14
del
Sindicato
Nacional
de
Trabajadores
del
Seguro
Social,
José
Luis
Casahonda, y de la dirigencia nacional. Se quejan del trato
que
les
han
dado
anteriormente
algunos
reporteros
(incluido
este
enviado):
''No
se
dan
cuenta
de
que
sólo
somos
parte
de
una
cadena'',
se
justifica
uno.
''Hemos tenido problemas grandes, cualquier día puede suceder
una
desgracia'',
agrega
una
enfermera.
''Recibimos
la
presión
de
los
familiares
de
los
enfermos,
pero
hay
muchas
cosas
que
no
podemos
resolver
aquí.''
El hospital, inaugurado por Carlos Salinas en 1993, nació con
vocación
de
símbolo
del
desarrollo,
y
devino
gran
elefante
blanco
de
la
selva
Lacandona,
muestra
de
la
simulación
gubernamental
durante
los
últimos
12
años.
Tras
el
levantamiento
sirvió
de
sede
a
la
Cruz
Roja
Internacional,
hasta
el
9
de
febrero
de
1995.
De
nuevo
bajo
el
IMSS,
acompañó
la
ocupación
militar
durante
seis
años,
y
vió
retornar
a
los
pobladores
luego
de
otros
tantos
años
de
exilio
en
la
montaña.
Los trabajadores inconformes insisten en que no tienen actualmente
conflictos
con
los
tepeyaqueros,
quienes
no
son
sus
principales
usuarios,
pero
sí
sus
vecinos.
''Los
zapatistas
tienen
sus
propios
servicios
de
salud'',
explican.
No lejos, en la comunidad San José del Río, se encuentra la
clínica-hospital
autónoma
para
los
municipios
rebeldes
San
Pedro
de
Michoacán,
Tierra
y
Libertad,
General
Emiliano
Zapata
y
Libertad
de
los
Pueblos
Mayas.
''Vivan
los
pueblos
que
sufrieron
al
construir
este
hospital'',
proclama
uno
de
los
muros
del
edificio,
donde
ya
se
han
formado
unos
120
promotores
de
salud,
se
han
practicado
algunas
cirugías
programadas,
y
por
fin
hay
un
médico
de
planta.
Cualquier comparación con el hospital del Seguro Social se
da
en
un
terreno
desigual
y
resbaloso,
como
la
selva
misma.
Aquí
también
el
servicio
de
consulta
es
permanente,
más
limitado
pero
más
barato
que
el
institucional.
Apenas
se
inauguró
este
4
de
junio
el
puente
sobre
el
río,
para
dar
acceso
a
la
clínica
autónoma,
construida
y
equipada
con
apoyo
solidario
de
colectivos
de
Italia,
Alemania,
Suiza,
Estados
Unidos
y
México.
Los promotores que trabajan esta mañana informan que hay dos
enfermos
hospitalizados,
pero
no
permiten
nuestro
acceso
al
edificio.
Funcionan
también
la
farmacia,
el
laboratorio
clínico
y
la
consulta
externa.
Cuentan
con
una
sola
ambulancia.
Ningún
trabajador
aquí
recibe
sueldo.
Cumplen
su
cargo
comunitario
por
propia
voluntad,
y
enfrentan
sus
carencias
sin
quejarse
de
ningún
patrón,
porque
la
clínica
es
de
todos.
Un curioso mural adorna la sala de espera, casi un portal frente
al
jardín
y
el
río.
En
un
segundo
plano
de
la
escena
(el
pasado)
el
ex
presidente
Carlos
Salinas
de
Gortari
y
Hernán
Cortés
cortan
con
un
serrote el tronco de un árbol. Salinas lleva al pecho la banda
presidencial,
y
en
la
solapa,
muy
pequeños,
los
emblemas
del
PRI,
el
PAN
y
el
PRD.
Cortés,
sólo
un
cuchillo
al
cinto.
En
primer
plano
(el
presente),
un
nuevo
árbol
crece
sobre
el
muñón
derribado,
y
lo
abrazan
un
insurgente
de
pasamontañas,
un
indígena
y
algunas
personas
de
la
sociedad
civil.
OAXACA
Yosotatu, 180 años de lucha por
la
autonomía. (El Imparcial, Adriana
Contreras,
p.web).
LA MIXTECA OAXAQUEÑA
El pueblo Mixteco
Ñuú-savi
o
“pueblo
de
la
lluvia”,
en
lengua
mixteca,
ocupa
un
territorio
que
se
encuentra
repartido
entre
los
estados
de
Guerrero,
Oaxaca
y
Puebla;
abarcando
una
superficie
aproximada
de
40,000
kilómetros
cuadrados.
Su
frontera
occidental
corre
paralela
a
los
límites
entre
Guerrero
y
Oaxaca,
hasta
la
altura
de
Tlapa,
después
sigue
la
cuenca
del
río
Atoyac,
hasta
llegar
a
Acatlán,
en
el
Estado
de
Puebla.
Al
norte
sus
límites
arrancan
desde
este
punto
en
línea
recta
hasta
conectarse
al
bajo
Valle
de
Tehuacán,
en
el
mismo
estado,
sigue
la
configuración
de
la
Cañada
de
Telixtlahuaca,
en
Oaxaca
y
avanza
por
los
Valles
Centrales
rumbo
a
Cuilapan.
De
ahí
varía
al
sureste,
llega
a
Teojomulco
y
continúa
por
los
límites
del
distrito
de
Juquila
hasta
la
altura
de
Puerto
Escondido,
en
la
costa
del
Océano
Pacífico,
cuyo
litoral
forma
su
frontera
sur.
De acuerdo a su situación geográfica
y
ecológica,
la
superficie
que
ocupa
el
territorio
Mixteco ha sido clasificada en Alta, Baja y Costeña. Administrativamente
el
territorio
Mixteco
se
encuentra
dividido
en
179
municipios,
de
los
cuales
13
se
ubican
al
oriente
del
estado
de
Guerrero,
10
en
el
estado
de
Puebla
y
156
al
oeste
del
estado
de
Oaxaca.
Desde
el
punto
de
vista
cultural,
en
su
manifestación
contemporánea,
investigaciones
recientes
encuentran
que
el
territorio
ocupado
por
el
pueblo
mixteco de Oaxaca es cercano a los 18 759 kilómetros cuadrados.
La
geografía
de
este
territorio
es
bastante
accidentada.
Grandes
sierras
lo
atraviesan
transversalmente,
dando
origen
a
varias
cadenas
montañosas
que
se
entrecruzan,
provocando
un
relieve
sumamente
abrupto
y
con
limitados
valles;
porcentualmente se calcula que el 85% del suelo mixteco está compuesto por lomeríos y pendientes mayores,
y
el
resto
por
valles.
Las
sierras
más
conocidas
son
la
de
Nochixtlán
y
Peñoles,
al
este;
la
de
Acatlán,
en
el
Estado
de
Puebla,
así
como
la
de
Coicoyán
de
las
Flores,
al
oeste
del
estado
de
Oaxaca;
en
conjunto
todas
estas
montañas
reciben
el
nombre
de
Nudo
Mixteco.
Actualmente se estima que la cuarta
parte
del
territorio
Mixteco
sufre
una
erosión
irreversible
y
otra
quinta
se
encuentra
en
proceso
de
destrucción.
Estudios
recientes
pronostican
que
en
menos
de
treinta
años
la
región
podría
ser
una
estepa
árida,
con
vegetación
desértica,
en
la
cual
subsistan
sólo
pequeños
pueblos
en
los
valles
con
riego,
en
medio
de
montañas
con
escasísimas
áreas
de
temporal,
lavadas
por
el
aire
y
el
viento.
A esta ecología en constante deterioro
contribuye
también
la
deficiente
precipitación
pluvial,
la
desigual
distribución
de
la
lluvia
durante
el
ciclo
productivo
y
la
calidad
calcárea
de
buena
parte
de
los
suelos,
lo
cual
ha
llevado
a
especialistas
en
la
materia
a
afirmar
que
uno
de
sus
rasgos
comunes
es
la
pobreza
de
nutrientes
especialmente
nitrógeno
y
fósforo,
así
como
su
alto
contenido
de
calcio,
carbonato
y
deficiencia
en
materia
orgánica.
TENENCIA DE LA
TIERRA
En Oaxaca, como en el territorio
mixteco,
la
propiedad
de
la
tierra
muestra
una
tendencia
marcada
hacia
la
propiedad
de
carácter
social.
De
los
9
millones
536
mil
hectáreas
que
aproximadamente
constituyen
el
Estado,
6
millones
240
mil
941
(el
65.45%)
están
bajo
el
régimen
de
propiedad
comunal,
repartidas
en
702
núcleos
agrarios;
y
1
millón
702
mil
497
(el
17.85%)
son
ejidales,
agrupadas
en
mil
461
núcleos
agrarios,
lo
que
nos
dice
que
83.30%
del
territorio
estatal
es
de
propiedad
social.
Para el caso específico del territorio
mixteco,
si
tomamos
como
referente
los
distritos
con
más
población
indígena
encontraremos
que
de
los
155
municipios
concentrados
en
estos
distritos,
139,
el
89.26%
de
ellos
tienen
propiedad
social.
La
tierra
de
estos
municipios
se
divide
en
288
núcleos
agrarios,
53
ejidos
y
235
comunidades
agrarias.
Lo
anterior
nos
muestra
que
la
identidad
comunitaria
es
muy
fuerte
y
más
en
relación
con
la
tierra.
No obstante esta aseveración, es
importante
aclarar
que
la
comunidad
agraria
es
una
forma
de
propiedad
de
la
tierra
que
muchas
veces
no
concuerda
con
la
comunidad
indígena,
que
es
el
núcleo
de
organización
de
la
vida
de
los
pueblos
y
más
que
a
un
espacio
geográfico,
se
refiere
a
las
relaciones
socioculturales
que
sus
integrantes
tejen
en
ese
espacio.
Una comunidad indígena se identifica
no
tanto
por
el
régimen
de
tenencia
de
la
tierra
sino
por
sus
relaciones
políticas:
sistema
de
cargos,
asambleas,
concejo
de
principales;
económicas,
a
través
del
tequio
por
ejemplo;
religiosas,
como
en
las
mayordomías;
sociales,
por
los
compadrazgos;
culturales
a
través
de
la
lengua,
los
mitos
entre
otras
manifestaciones
que
los
identifican
como
parte
de
un
grupo.
Juntas, todas estas relaciones
forman
un
entretejido
que
da
identidad
a
las
comunidades
y
las
distingue
unas
de
otras,
aunque
haya
rasgos
comunes
que
también
las
aglutine
en
regiones
y
aun
como
parte
de
los
Ñuú-savi.
Una
comunidad
indígena
puede
ser
propietaria
de
tierras
comunales
pero
también
puede
ser
titular
de
ejidos
y
pequeña
propiedad,
sin
que
esto
le
quite
su
condición
de
comunidad
indígena.
Por
otro
lado,
la
comunidad
agraria
puede
pertenecer
a
indígenas
pero
nada
impide
que
sea
propiedad
de
mestizos.
Algo que ambas, comunidad agraria
y
comunidad
indígena,
tienen
en
común
es
que
su
situación
actual
está
marcada
por
la
forma
en
que
se
dio
su
relación
con
los
españoles
durante
la
época
de
la
colonia
y
la
manera
en
que
la
región
fue
afectada
por
la
reforma
del
grupo
liberal
durante
en
el
siglo
XIX,
cuando
el
Estado
Mexicano
apenas
estaba
consolidando
su
independencia.
Pero
de
eso
se
hablará
más
adelante.
TIERRA, IDENTIDAD
Y
CONFLICTOS
TERRITORIALES
Los conflictos por la tierra que
actualmente
se
dan
dentro
del
territorio
mixteco
tienen
que
ver
con
el
criterio
con
que
se
titularon
las
tierras
en
las
comunidades
indígenas.
Durante
el
proceso
de
reconocimiento
o
confirmación
y
titulación
de
las
tierras
que
las
comunidades
poseían,
o
las
que
les
dotaba
el
Estado
cuando
carecían
de
ellas
sólo
se
pensó
en
proveerlas
de
un
patrimonio,
pero
nunca
en
reconocer
un
territorio
sobre
el
cual
los
pueblos
indígenas
y
sus
comunidades
desarrollaban
su
vida
y
ejercían
poder,
así
como
relaciones
culturales
propias.
La tierra el Ñu’u
para
los
Mixtecos,
como
para
muchos
otros
pueblos,
no
fue
un
objeto
mercantil
sino
un
elemento
sagrado.
En
su
concepción
más
genérica
era
concebida
como
una
divinidad,
la
diosa
madre
de
la
que
nacían
los
demás
dioses
vegetales
y
animales
y
de
quienes
dependía
la
vida
de
los
hombres.
La
relación
entre
los
pueblos
Nuú
y
la
tierra
Ñu’u era casi un acto religioso. Se podía usar pero no disponer
de
ella,
es
más
el
mismo
uso
quedaba
subordinado
a
la
organización
social.
Cuando los españoles llegaron a
colonizar
estas
tierras
hubo
un
choque
entre
esta
concepción
y
la
de
los
invasores,
para
quienes
sólo
se
trataba
de
una
mercancía
más;
sin
embargo,
a
pesar
de
la
influencia
que
las
políticas
de
los
colonizadores
tuvieron
sobre
la
relación
pueblo-tierra,
no
fue
tanta
como
para
borrarla.
Muchos especialistas en la materia
dan
cuenta
de
que
tal
relación
aún
persiste.
La
tierra,
escribió
Guillermo
Bonfil
Batalla,
no
se
concibe
como
una
mercancía;
es
un
recurso
productivo
indispensable,
pero
es
más
que
eso:
es
un
territorio
común,
que
forma
parte
de
la
herencia
cultural
recibida.
“Ahí,
en
ese
espacio
concreto
se
manifiestan
en
diversas
formas
las
fuerzas
superiores:
ahí
están
las
entidades
favorables
y
las
maléficas,
a
las
que
hay
que
propiciar,
los
sitios
sagrados,
los
peligros,
las
referencias.
La
tierra
es
un
ente
vivo,
que
reacciona
ante
la
conducta
de
los
hombres;
por
eso,
la
relación
con
ella
no
es
puramente
mecánica
sino
que
se
establece
simbólicamente
a
través
de
innumerables
ritos
y
se
expresa
en
mitos
y
leyendas.
Frecuentemente, la imagen que se
tiene
del
mundo
está
organizada
a
partir
de
ese
territorio
propio,
que
ocupa
el
centro
del
universo.
En
los
pueblos
desplazados
queda
en
la
memoria
colectiva
el
recuerdo
del
territorio
primigenio
y
la
aspiración
de
recuperarlo,
aún
cuando
hoy
se
tengan
otras
tierras
y
se
pueda
ir
viviendo.
Desde esa perspectiva, para los
pueblos
indígenas
el
territorio
es
el
elemento
fundamental
dentro
del
cual
se
inscribe
la
identidad
colectiva,
no
representa
sólo
una
especial
adaptación
productiva,
sino
también
una
compleja
relación
simbólica.
Parte
del
conjunto
de
representaciones
colectivas
que
dan
vida
a
las
conciencias
étnicas
se
refieren
a
los
territorios
propios
como
marcos
físicos
y
simbólicos
de
la
experiencia
grupal.
“La
tierra
es
cultura
en
la
medida
en
que
ofrece
un
marco
propicio
para
las
relaciones
productivas
y
simbólicas
de
la
sociedad,
incluso,
ya
que
el
territorio-
es
el
resultado
de
la
articulación
entre
la
población
y
su
espacio,
puede
llegar
a
ser
movible
si
la
población
se
desplaza.”
Lo anterior, que es válido para
la
generalidad
de
los
pueblos
indígenas
de
México,
también
lo
es
para
el
pueblo
mixteco,
que
dentro
de
su
concepción
el
pueblo
Ñuú y la tierra el Ñu’u guardan
una
estrecha
relación.
De
una
forma
general
se
puede
afirmar
que
una
sociedad
es
Ñu‘u
solo
en
la
medida
en
que
guarda
una
relación
cultural,
histórica,
simbólica
con
la
tierra.
Si
no
es
así
será
Yoso, un espacio donde habitan pero sin ninguna relación que
los
una.
Yoso
es
llano,
un
lugar
deshabitado,
aunque
puede
equiparse
al
nuú
si
se
integra
por
See ñuu y se liga a elementos de
identidad,
como
es
el
caso
de
San
Pedro
Yosotatu.
Muchos y de diversos tipos son
los
elementos
que
intervienen
en
la
formación
del
Ñu’ú.
En
casi
todo
el
territorio
del
pueblo
mixteco
existen
lugares
considerados
sagrados
por
las
comunidades
que
los
habitan,
o
con
algún
sentido
mítico
o
histórico.
Es
famosa
la
relación
mítica
que
describe
cómo
los
dioses
hicieron
brotar
de
la
Cueva
de
Apoala
el
río
Yutatnoho o Tutsa to ‘an, río sagrado que dio origen a los primeros linajes
mixtecos, de donde surgieron los primeros mixtecos; pero no son los únicos, en casi todas las comunidades
se
pueden
hallar
cuevas
o
ríos
con
algún
sentido
mítico
o
sagrado.
Otras
hablan
de
cómo
se
fundaron
los
pueblos
Ñuú,
si
se
formaron
por
indígenas,
Yoso
si
en
ellos
intervinieron
agentes
externos
o
no
son
originarios
o
te
‘e
toho
o
de
sucesos
de
historias
locales
que
a
través
del
tiempo
tienen
relevancia
para
la
formación
de
las
identidades
locales.
También existen lugares que son
sagrados
porque
en
ellos
existen
deidades,
como
los
Ntoso,
especie
de
gigantes
que
crearon
al
hombre
y
todo
lo
que
en
el
mundo
existe,
pero
cuando
vieron
que
aumentaban
las
necesidades
del
hombre
y
el
mundo
era
muy
pequeño
levantaron
el
mar
y
crearon
el
Ñuu
Tu’
u,
pueblo
viejo,
donde
se
pudiera
vivir.
Pero
el
hombre
se
volvió
ambicioso,
descompuso
al
mundo
y
fue
condenado
a
morir
como
vivía:
entre
basura.
Además los Ntoso,
a
la
vez
son
bondadosos
o
malvados
en
varios
lugares
sobre
todo
de
la
Mixteca Baja; existe el Tavayuku,
señor
de
los
montes
al
que
hay
que
rendir
culto
antes
de
aprovechar
la
tierra
o
sus
recursos,
porque
si
no
puede
castigar
con
enfermedades
o
algunos
otros
males.
Son
estos
elementos
los
que
configuran
los
territorios
indígenas
y
los
diferencian
de
las
tierras,
como
propiedad
y
espacios
para
la
vivienda
y
la
producción.
Nada
de
esto
se
tomó
en
cuanta
ni
por
los
españoles
ni
por
la
clase
criolla
que
asumió
el
poder
cuando
el
país
dejó
de
ser
colonia
española
y
se
convirtió
en
país
independiente;
de
ahí,
la
causa
de
muchos
de
los
conflictos
territoriales,
que
más
que
el
tramo
de
tierra,
tienen
un
trasfondo
que
más
tiene
que
ver
con
el
arraigo
a
una
creencia
en
particular.
LA LEGISLACIÓN
Y
LOS
CONFLICTOS
AGRARIOS
Otra causa importante de los actuales
conflictos
agrarios
en
el
territorio
mixteco
guarda
estrecha
relación
con
el
proceso
de
conversión
de
la
tierra
en
propiedad,
de
tal
manera
que
dejara
de
ser
algo
sagrado
y
se
convirtiera
en
mercancía
para
la
clase
criolla
que
asumió
el
poder
en
el
Estado
al
consumarse
la
Guerra
de
Independencia,
la
prioridad
fue
cómo
desestructurar
las
posesiones
comunales
de
la
tierra,
no
proteger
su
existencia.
Para
comprobar
lo
anterior
basta
seguir
la
huella
a
sus
primeras
disposiciones
legales
sobre
la
materia.
El
31
de
marzo
de
1824,
antes
de
que
se
decidiera
la
forma
de
gobierno
del
naciente
Estado
mexicano,
el
Congreso
del
Estado
de
Oaxaca
aprobó
un
decreto
prohibiendo
que
se
siguieran
otorgando
fondos,
que
según
las
Leyes
de
Indias
sólo
podía
entregarse
a
los
indígenas,
argumentando
que
en
un
sistema
justo,
equitativo
y
liberal
no
deberían
existir
distinciones
entre
indios
y
españoles.
Tal
medida
debió
generar
múltiples
inconformidades
pues
el
14
de
enero
de
1883
se
anuló
esa
disposición
por
la
misma
vía.
La situación se mantuvo sin cambios
hasta
después
que
el
gobierno
federal
promulgara
la
Ley
Lerdo,
el
25
de
junio
de
1856.
Mucho
se
ha
dicho
que
esta
ley
fue
la
que
más
arremetió
contra
las
tierras
que
las
comunidades
tenían
pero,
como
vemos,
en
realidad
eso
comenzó
mucho
antes,
y
esta
sólo
vino
a
poner
orden
en
todo
lo
que
ya
se
había
avanzado.
En Oaxaca dicha ley y su reglamento
se
promulgaron
siendo
gobernador
del
Estado
Benito
Juárez,
un
indígena
zapoteco
que
llegaría
a
ser
Presidente
de
la
República,
pero
sin
tomar
ninguna
medida
para
hacerla
efectiva
durante
su
mandato,
sino
al
contrario;
como
dicha
disposición
desconocía
a
las
corporaciones
para
ser
propietarias
de
tierras
rústicas
y
entre
las
corporaciones
se
incluía
a
las
comunidades,
el
gobernador
impulsó
una
reforma
a
la
Constitución
Política
del
Estado
con
el
fin
de
reconocer
facultad
a
los
ayuntamientos
para
administrar
los
bienes
comunales
y
las
casas
de
beneficencia
de
instrucción
primaria.
El propio Lerdo de Tejada en agosto
de
ese
mismo
año
ordenó
a
los
gobernadores
que
para
dar
cumplimiento
a
la
Ley,
así
como
para
evitar
acciones
que
ocultaran
la
posesión
comunal
de
ella
o
se
realizaran
fraudes
para
su
adjudicación
de
manera
ilegal,
se
elaborara
inmediatamente
una
relación
circunstanciada
de
las
fincas
que
pertenecían
a
las
corporaciones
hasta
la
fecha
de
la
publicación
del
mencionado
decreto.
El 18 de noviembre de 1857, cuando
Benito
Juárez
había
dejado
de
gobernar
Oaxaca,
se
publicó
una
circular
del
nuevo
gobernador
que
prohibía
a
los
jueces
admitir
en
sus
juzgados
la
representación
por
el
común
de
los
pueblos
lo
que
es
contra
derecho,
puesto
que
según
la
ley
del
25
de
junio
de
1856,
quedaron
sin
bienes
raíces
comunales.
Un
año
después,
el
24
de
noviembre
de
1858,
el
mismo
gobernador
publicaba
una
circular
exigiendo
un
año
de
renta
a
las
fincas
desamortizadas.
El
20
de
octubre
de
1859
se
expidió
un
decreto
gubernamental
para
que
los
terrenos
y
el
ganado
de
las
cofradías
o
de
las
comunidades
aún
no
desamortizados
se
distribuyeran
entre
los
vecinos
del
cada
pueblo,
de
preferencia
entre
los
que
tuvieran
familia
que
mantener
y
quienes
más
servicios
hubieran
prestado
a
sus
pueblos
y
los
sobrantes
entre
los
solteros.
Es así como tuvieron su origen
muchos
conflictos
agrarios
en
todo
el
país,
y
uno
de
ellos
el
de
San
Pedro
Yosotato, que ya en un segundo capítulo publicado estaremos
dando
a
conocer
su
desarrollo.
FUENTE:
Francisco López Bárcenas y Guadalupe Espinoza Sauceda
Amoltepec insiste en la violencia:
Yucutindoo. (El Imparcial, Hannan Robles, p.web).
El pasado sábado
cobraron
la
vida
de
otro
campesino
Texmelucan
desea
la
paz,
dice
la
Iglesia
AUTORIDADES DE Bienes Comunales
de
San
Mateo
Yucutindoo,
Zapotitlán
Sola
de
Vega,
encabezadas
por
su
presidente
Félix
Martínez
Sánchez,
llamaron
a
las
autoridades
gubernamentales
a
intervenir
para
poner
fin
a
las
actividades
delictivas
de
sus
vecinos
de
Amoltepec,
que
el
pasado
sábado
cobraron
la
vida
del
campesino
Gustavo
Ojeda
Ortiz.
Gentes de Amoltepec,
señalaron,
han
tomado
como
bandera
para
sus
actividades
delictivas
un
conflicto
agrario
que
se
encuentra
debidamente
solucionando
según
sentencia
del
Tribunal
Unitario
Agrario,
que
confirmó
una
resolución
presidencial
de
1977.
Los habitantes de Amoltepec no han respetado un convenio pactado con San Mateo
Yucutindoo
en
el
sentido
de
que
ambos
pueblos
no
se
agredirían
ya
que
por
el
contrario
se
dedican
a
invadir
tierras
y
a
agredir
a
campesinos
de
esta
última
comunidad,
provocando
la
muerte
en
los
últimos
meses
de
dos
personas,
una
en
mayo
en
el
paraje
San
Antonio
y
la
otra
el
pasado
sábado.
Martínez Sánchez reveló que el
domingo
pasado
la
población
de
San
Mateo
Yucutindoo
mostró
su
repudio
a
los
actos
de
sus
vecinos,
pudiéndose
presentar
un
enfrentamiento
con
resultados
trágicos
que
se
sumarían
a
los
más
de
60
muertos
que
provocó
el
conflicto
agrario,
que
reiteró,
ya
se
encuentra
solucionado,
pero
que
el
Gobierno
del
Estado
tiene
como
latente,
de
ahí
que
le
corresponda
responsabilidad
de
los
hechos
que
se
están
suscitando.
Asimismo manifestó que a pesar
de
que
la
Secretaría
de
Protección
Ciudadana
(Seproci)
se
comprometió
a
prestar
vigilancia
no
lo
ha
hecho
lo
que
ha
dado
lugar
a
que
se
agudice
la
violencia
por
parte
de
Amoltepec,
que
también
cultiva
problemas
con
otras
comunidades.
Las autoridades de Bienes Comunales
llamaron
al
Gobierno
del
Estado
a
intervenir
en
este
problema
que
puede
desembocar
en
un
enfrentamiento.
En Temexlucan desean la paz
Por su parte, el padre José Guadalupe
Barragán,
vocero
del
Arzobispado
de
Oaxaca,
señaló
que
durante
su
peregrinar
por
el
municipio
de
San
Lorenzo
Temexlucan,
el
Arzobispo
de
Oaxaca,
José
Luis
Chávez
Botello,
conoció
de
voz
de
sus
habitantes
el
deseo
de
que
vuelva
la
paz
después
de
la
violencia
que
se
ha
vivido
en
esa
zona.
A lo largo de la semana pasada
el
Chávez
Botello
recorrió
las
comunidades
pertenecientes
a
la
parroquia
de
Teojomulco
perteneciente
al
Municipio
de
San
Lorenzo
Temexlucan,
no
siendo
obstáculo
para
ello
la
lluvia
que
caía
en
la
zona,
ya
que
lejos
de
ahuyentar
a
las
personas
éstas
se
mostraron
participativas.
“Pudimos palpar, dijo, el hartazgo
de
violencia,
como
la
gente
anhela,
suspira,
quiere,
busca,
pide
la
paz,
ya
se
cansaron
de
tanta
violencia”,
manifestó.
Arrasan con Parque Nacional de Huatulco. (El Imparcial, Samuel Gómez,
p.web)
Hay complicidad
de
particulares
con
autoridades
municipales:
PT
Al demandar la intervención del
gobierno
estatal
y
federal
para
detener
la
devastación
del
parque
nacional
de
Huatulco, el diputado del Partido del Trabajo (PT), Mariano
Santana,
señaló
que
hay
complicidad
de
particulares
con
autoridades
municipales.
Indicó que por ahora se han hecho
el
desmonte
de
más
de
2
hectáreas
de
esa
reserva
ecológica,
en
aras
de
la
construcción
de
un
hotel,
no
obstante
que
esos
predios
no
pueden
ser
concesionados.
Mariano Santana dijo que el predio
se
ubica
en
el
paraje
Maguey,
en
donde
se
han
iniciado
los
trabajos
para
la
construcción
de
ese
moderno
espacio,
el
cual
ha
sido
por
las
autoridades
municipales,
no
obstante
que
se
pone
en
riesgo
los
ecosistemas
en
la
zona.
Estimó que esto resulta una incongruencia
tomando
en
cuenta
que
se
les
expropió
a
los
comuneros
de
Huatulco bajo el argumento de proteger esa reserva, pero hoy
solo
la
comercializan,
lo
que
es
una
grave
afrenta
no
solo
a
los
ecosistemas,
sino
a
los
verdaderos
dueños
de
la
tierra.
Por eso he solicitado la intervención
de
mis
compañeros
para
que
impulsemos
la
defensa
de
esta
reserva
ecológica,
y
se
detenga
este
proyecto
que
está
dañando
severamente
la
región.
El legislador petista señaló que a este abuso también se suma la devastación
de
los
Chimalapas,
en
donde
las
autoridades
se
niegan
a
intervenir,
tomando
en
cuenta
las
constantes
invasiones
que
han
realizado
diversos
grupos
armados
de
Guerrero,
Chiapas,
Veracruz,
incluso
de
Michoacán
y
Guadalajara
SAN LUIS POTOSÍ
Deciden hoy futuro de minera Santa Fe. (A.M., Martha Martínez, p.web).
Analizan cooperativistas si venden
en
forma
total
o
en
partes,
ante
la
deuda
de
$40
millones
que
enfrentan
Los 318 socios de la Cooperativa
Minera
Santa
Fe
se
reúnen
hoy
para
tomar
una
decisión
definitiva
del
rumbo
de
la
minera,
ya
que
enfrentan
una
deuda
por
más
de
40
millones
de
pesos.
Los cooperativistas durante una
asamblea
general
deberán
determinar
si
venden
la
mina
en
su
totalidad
o
en
partes.
Sólo existen tres opciones para
que
la
cooperativa
pague
sus
deudas:
la
venta
total
(para
la
que
existen
seis
empresas
interesadas),
seguir
solos
con
la
deuda
y
con
sus
propios
recursos
sacar
adelante
el
problema
y
evitan
que
pase
a
manos
extranjeras,
y
la
tercera
opción
es
venderla
en
partes.
A las 2 de la tarde se reunirán
en
la
planta
de
la
cooperativa
de
Cata
para
que
los
miembros
del
Consejo
de
Administración
y
Vigilancia
den
a
conocer
las
expectativas
de
la
empresa,
las
soluciones
viables
y
que
los
mineros
decidan
por
una
votación
en
la
que
absolutamente
todos
deberán
de
estar
de
acuerdo
sobre
las
medidas
que
se
tomarán.
“Información a la Asamblea General
de
socios
sobre
las
propuestas
recibidas
referentes
a
la
venta
total,
coinversión o asociación, o salir de la crisis económica por
nuestros
propios
medios”,
es
el
punto
número
VI
de
la
orden
del
día
de
la
reunión
de
hoy.
La minera debe 40 millones de pesos
a
la
Comisión
Federal
de
Electricidad
(CFE),
al
Instituto
Mexicano
del
Seguro
Social
(IMSS)
con
el
que
tienen
más
de
14
terrenos
embargados,
y
a
la
Secretaría
de
Hacienda
y
Crédito
Público.
Según información de uno de los
socios,
la
minera
tiene
un
valor
no
menor
a
los
300
millones
de
pesos.
Antes
de
agosto
deberán
pagar
a
la
CFE
los
casi
cinco
millones
de
pesos
que
adeudan
por
el
consumo
de
energía,
de
no
hacerlo
se
les
cortará
definitivamente
el
servicio,
lo
que
terminaría
de
‘hundir’
la
empresa.
Las mineras interesadas son El
Rosario,
que
ofrece
7
millones
250
mil
dólares;
Ingeniero
Mario
Macías,
que
ofrece
cinco
millones
de
dólares
de
capital
australiano;
Minera
Reina
del
Pacífico
y
Financiera
Coofia,
que
cada
una
ofrece
tres
millones
de
dólares.
Las tres primeras ofrecen por la
compra
total
de
la
cooperativa.
Existen otras dos empresas de capital
canadiense
que
también
se
han
interesado
en
la
compra,
pero
se
desconocen
sus
nombres.
La empresa Durango Gold, con capital asiático y estadounidense, aunque no hizo
una
propuesta
formal
ofreció
10
millones
de
dólares
en
coinversión
y
según
información
de
su
directora
jurídica
Hildeliza
Zamora
Chávez,
la
intención
es
apoyar
a
la
cooperativa
para
salir
adelante.
Anteriormente se convocó a una
asamblea
para
el
19
de
junio,
que
se
canceló
porque
el
55
por
ciento
de
los
socios
que
realizaron
la
convocatoria
no
acreditaron
su
existencia
como
tal
ante
el
Consejo
de
Administración
y
nunca
fue
enterado
de
la
convocatoria
publicada.
Cartones
Llamado a foxilandia · Magú
Cerdeza jurídica · El Fisgón
Otro motivo para el 2 de julio · Rocha
Expectación Naranjo
Chef Efrén
Alerta
azul
Helioflores